jueves, 6 de enero de 2011

«Wikileaks y los rehenes cubanos».

Supongo, con todo respeto, que entre los filtrados memorándums del Señor Jonathan Farrar, Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, enviados al Departamento de Estado, se puedan encontrar informaciones relacionadas con la situación que atraviesa el acuerdo migratorio pactado entre Cuba y los Estados Unidos de América y, específicamente, la situación de rehenes en que se encuentran muchos cubanos autorizados a entrar en el territorio estadounidense, a quienes el gobierno comunista de la isla, arbitrariamente, les impide salir del país.
Entre los casos mas notables de estas violaciones a los derechos de la persona humana estuvo el de la Dra. Hilda Molina, neurocirujana que rompió con el régimen y fue castigada durante quince años a la separación de sus familiares residentes en la Argentina. Esa señora y su anciana madre, doy fe, vivían aterrorizadas en su humilde apartamento de la barriada capitalina del Cerro por el acoso constante del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) del Ministerio del Interior.
La proyección represiva del gobernante cubano pretende involucrarnos forzosamente en el supuesto viaje en tren que comenzó el día 1ro último, como anunciara en diciembre del pasado año refiriéndose a la implementación de algunas medidas liberales para garantizar «la sostenibilidad y preservación» del sistema socialista, que mas bien es un crucero condenado, de antemano, al mas estrepitoso naufragio.
Los cambios en nuestra era incluyen los del pensamiento y los sentimientos. En este marco globalizado cobra actualidad esta frase que le adjudican al eminente y polémico escritor George Bernard Shaw, la cual reza que «nunca se tendrá un mundo tranquilo hasta que se extirpe el patriotismo en la raza humana».
Objetivamente, la situación personal que cientos de opositores y disidentes en sentido general padecen en nuestra tierra es insostenible. El refugio en tierras de libertad es una alternativa que no debe escamotearse a los perseguidos porque, como expresara Thomas Jefferson, «la vida carece de valor si no nos produce satisfacciones. Entre estas, la mas valiosa es la sociedad racional, que ilustra la mente, suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la salud».

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