Casi todo el mundo reconoce que el gobierno cubano es abusivo, represivo y mentiroso pero, contradictoriamente, consideran que no obstante merece un voto de confianza internacional para que mejore en la isla el respeto a los derechos humanos. Ahora mismo el régimen está librando su propia guerra contra lo que supone un peligro potencial: el impacto probable de las nuevas tecnologías de la comunicación, que pudieran acarrear en la isla una situación similar a las ocurridas en Túnez y Egipto.
El principal medio masivo al que la mayoría tiene acceso en esta tierra, la televisión, sufre también la «contaminación política» que se ha expandido a otros países latinoamericanos -Venezuela entre los mas destacados- en detrimento del desarrollo económico y social del área. La contaminación nuestra es particularmente grave. Los seis canales de alcance nacional desbordan en todos sus horarios propaganda patriotera y antiestadounidense.
En Qué frena al talento tecnológico en América Latina, un trabajo publicado por BBC Mundo, el periodista David Cuen expone que «la falta de un marco legal adecuado, corrupción, escasa cultura empresarial, una alta carga fiscal y carencia de recursos, son algunas de las barreras que enfrentan los emprendedores del ramo» en nuestra América. Aunque el comunicador no menciona a Cuba, el argumento parece haber sido sustentado por la actual situación en la isla, que junto a Venezuela y Nicaragua son las grandes excepciones en la corriente democrática hemisférica.
Los medios de Cuba –que pertenecen al Estado- no han publicado, por ejemplo, ni una palabra del papelón hecho por Hugo Rafael Chávez Frías cuando propuso crear una comisión que mediara en el actual conflicto libio, propuesta rechazada tajantemente por Said el Islam, hijo de Muamar Gadafi. El ignorante venezolano patinó porque, aparentemente, el Coronel sí tiene quien le quiera, a pesar de que parte de su tesoro localizado en España sería congelado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Por estos días la televisión cubana está ofreciendo la serie Las razones de Cuba, que ha destapado agentes del Departamento de Seguridad del Estado del Ministerio de Interior «infiltrados» en la disidencia, dejando entrever inevitablemente la preocupación del régimen en cuanto a la difusión de las informaciones nacionales por parte de periodistas independientes, blogueros y twitteros fundamentalmente. A nuestra gente probablemente le interesa conocer cuantos de los nuevos titulares han cancelado las licencias para trabajar por cuenta propia, cuanto devenga el general Raúl Castro Ruz, cómo y cuándo pondrá el Ministerio de Transporte en funcionamiento los centenares de metrobuses averiados que se pudren en las terminales capitalinas, qué tipos de indemnizaciones recibieron los familiares de las víctimas del vuelo de AeroCaribbean que se estrelló en Santi Spiritus y las de Mazorra, si la papa de la presente cosecha alcanzará para cubrir nuestras necesidades hasta la próxima, cuántos directivos penan en las cárceles por corrupción,etc.
Otro ejemplo reciente de censura por parte de La Habana: «Desertan en Canadá cinco bailarines del Ballet Nacional de Cuba». (EFE, Toronto). Actualizado miércoles 02/03/2011 16:30 horas, noticia publicada por el diario español El Mundo.es/ América a la que el pueblo cubano no tuvo acceso.
El pretexto de que nuestro pueblo sufre desinformación porque los Estados Unidos bloquea el acceso de Cuba a la Internet es burdo. El rol de la prensa, la radio y la televisión aquí es opacado por los dueños: la nomenklatura. Por ello los cubanos tampoco pudieron enterarse de que «EEUU autoriza los vuelos directos a la isla desde Tampa», según la AFP, y que «Operadores presionan a Obama por ferry entre Cuba y la Florida», información tomada por el Nuevo Herald del Sun-Sentinel.
Estas son dos noticias que con toda seguridad serán acogidas con beneplácito por la mayoría de nuestro pueblo.
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