lunes, 8 de junio de 2009

«Bajo el manto de la democracia Jacksoniana».Por:Juan Mario Rodríguez.

El 8 de junio de 1845 falleció el presidente demócrata estadounidense Andrew Jackson, ocho años después de haber terminado dos mandatos presidenciales. Su elección, dado su humilde origen social, se consideró por mucho tiempo como una gran victoria del pueblo.

La enérgica política financiera asumida en los dos períodos le granjeó críticas entre sus seguidores, y quienes se oponían a que los fondos federales fuesen guardados en bancos dirigidos por partidarios demócratas fundaron en 1834 el opositor Partido Whig. Pese a todo, Jackson demostró ser un presidente popular y eficiente.

La llegada al poder de Barack Obama en medio de la peor crisis financiera internacional de la historia enmarca la confianza de los estadounidenses en el Partido Demócrata, puesta a prueba también en la época de la Gran Depresión con la elección de Franklin Delano Roosevelt, símbolo superior pero influenciado por su ilustre antecesor.

El fenómeno Obama, 164 años después, marca en la historia de los Estados Unidos el despegue de una política económica de nuevo tipo en la consecución del bienestar social y la madurez de un pueblo que le confió su destino al partido más inclusivo de la nación.