miércoles, 23 de diciembre de 2009

«Verdad de Arroyo (II). Por Juan Mario Rodríguez.

La ineficiencia del gobierno municipal de Arroyo Naranjo ha sido objeto de numerosas denuncias, varias dadas a conocer al público por periodistas independientes. Las patrañas del sitio oficialista cubano Mi Habana serán descubiertas esta vez involucrando al Banco Metropolitano S.A. y a la Empresa de Comercio y Gastronomía de Ciudad de La Habana.
La Sucursal 327 (Quinta Canaria) del Banco Metropolitano, ubicada en la Calzada de Bejucal, frente al Consejo de la Administración de Arroyo Naranjo, es un dechado de maltratamiento a la clientela, ya sea por problemas de falta de personal o por la falta de ética y las indisciplinas de algunos de los empleados actuantes.
Espera en la sucursal 327 del Banco Metropolitano S.A.

El pasado 17 de diciembre, en horas de la mañana, la espera para ser atendidos los trámites comerciales se prolongaba hasta casi dos horas, desde el exterior del inmueble y bajo el inclemente sol. En esas condiciones, sentados como podían en los escalones, sufrió una veintena de personas, la mayoría de la tercera edad.
Cerca de las 10:00 horas me personé en la oficina de Atención a la Población del consejo para quejarme. La señora que debió atenderme me pidió que la esperara porque tenía que salir “un momento” para ocuparse de otro asunto. Al cabo de media hora me retiré del lugar sin poder emitir la queja, porque la señora no regresó.
Una empleada del banco (327) explicó en horas de la tarde, casi al cierre, que tenían algunas ausencias justificadas de capital humano, pero que la principal causa que originaba las demoras era el recargo de trabajo que ocasionan las empresas estatales que utilizan los servicios de la sucursal, al acudir tardíamente para liquidar sus compromisos, como aquel día, so pena de ser sancionadas financieramente.
El pasado mes de noviembre, como en este mes, constaté las muestras de inconformidad de varios clientes, con expresiones que, por indecentes, no dejan de ser justificadas, motivadas por causas disímiles como estar fuera de servicio el cajero automático, la pobre información que se le brinda al público, las demoras en el servicio, el peloteo y la terminación anticipada de la jornada.

Situada también a pocos metros del citado consejo se encuentra el bar-cafetería estatal El Canario, en cuya fachada reluce un mural en el que se lee la frase Nosotros ofertamos alegría. La venta de algunos productos, no obstante, se realiza aparentemente según convenga a los empleados, como fue el caso en que a pesar de estar situada en la tablilla de ofertas el mismo aciago día 17, la cerveza nacional Mayabe, que cuesta $18.00, no estaba en venta, supuestamente porque no tenían, a diferencia de las Bucanero, también fabricadas en la cervecería holguinera Bucanero S.A., por las que hay que desembolsar $20.00 y $24.00. Ese día, el administrador, como ya es costumbre, no estaba presente en la unidad.

En más de una ocasión he sido mal atendido en esa cafetería, llegando a la conclusión de que el mural de marras no es más que una espesa cortina de humo tras la cual disimulan el maltrato a la población y la corrupción. Una burla macabra a costa de un público que desconoce y no hace valer sus derechos.La Empresa de Comercio y Gastronomía está subordinada al Poder Popular, como la Unidad Básica de la Industria Alimentaria (UBIA) de Arroyo Naranjo, que produce nuestro pésimo pan de cada día, un problema insoluble este año -a pesar de numerosas denuncias- que, según aseguró un militante del partido comunista del Consejo Popular Güinera, se resolverá el próximo año. ¡Ya se sabrá!

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