martes, 7 de septiembre de 2010

«Cuba.Entre La Habana y Matanzas».Por Juan Mario Rodríguez.


Tropas de Matanzas compuestas por elementos desmovilizados del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias están listas desde hace unos meses para repeler manifestaciones antigubernamentales en la capital. Los despidos masivos de trabajadores, los bajos salarios, los altos precios de los alimentos y la imposibilidad de producirlos en la urbe son las condiciones que propician el surgimiento de un estallido social.

En la provincia de Matanzas la producción de arroz está dando excelentes dividendos en momentos en que el Estado le está comprando a los productores privados todo el grano a 150 pesos el quintal, según datos ofrecidos por campesinos del CAI Arrocero Sur. En Ciudad de La Habana, sin embargo, este producto aparece en el mercado subterráneo a diez pesos la libra y en las tiendas recaudadoras de divisas a casi 2 CUC (peso convertible) el kilogramo.

La Policía Nacional Revolucionaria detecta diariamente en todo el país a cientos de personas que intentan mover de un lugar a otro mercancías para comercializarlas ilegalmente. El destino principal, no obstante, es la capital. El protocolo incluye el decomiso de los productos y la imposición de multas impagables, para mayor afectación. Nadie sabe con certeza a donde van a parar tantas mercancías.

El Estado está imposibilitado para hacer llegar a todos los cubanos productos tales como leche, queso, pescados, mariscos, carne de res, cítricos, etc. En el Noticiero de Televisión exhibieron hace unos días un reportaje en el que productores del poblado habanero Alquízar demostraron su inconformidad por la ineficiencia estatal para trasladar a los mercados los plátanos y boniatos cosechados.

Comenzó el curso escolar y el Ministro de Educación Superior ratificó ayer que la universidad no es para los más capaces, sino para los revolucionarios. El Ministerio de la Agricultura no acaba de desarticular el inmenso entramado burocrático que posee. Ya estamos viendo los resultados agrícolas en la isla. La represión de las masas, eso si, está garantizada. Hay cerebro y músculos para ello.

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