miércoles, 5 de agosto de 2009

«Los quince del maleconazo».Por Juan Mario Rodríguez.

El cinco de agosto de 1994 el régimen castrista fue estremecido por la mayor y espontánea protesta popular escenificada desde 1959. A la cárcel fueron a dar con sus huesos la mayoría de los protagonistas y cientos de transeúntes ajenos a los hechos que se encontraban en la zona –el área del hotel Deuville, la calle Galiano, el malecón, el paseo del Prado-, como consecuencia de la desmedida represión ordenada por el propio gobernante cubano.
Fachada del edificio ubicado en la barriada del Vedado, La Habana.

Recuerdo las imágenes en las que se vio al «máximo líder» muy bien resguardado por su ejército privado y por miles de miembros de los contingentes de la construcción, encabezados por el legendario Contingente Blas Roca, expresando que había salido a la calle a buscar su cuota de pedradas.
Las acciones dieron lugar a la crisis de los balseros, que es como se conoce al éxodo masivo hacia los Estados Unidos que empezó pocos días después, también a instancia del «jefe de la Revolución», y que a su vez propiciara el acuerdo migratorio firmado entre la isla y el norte para frenar la inmigración ilegal, aún vigente y, además, violado insaciablemente por la parte cubana.
Hoy, como cada año a partir de aquel glorioso y aciago día, las fuerzas del Departamento de Seguridad del Estado del MININT, conjuntamente con las del Partido Comunista de Cuba, se preparan para repeler cualquier manifestación que opositores y disidentes pretendan realizar para rememorar la histórica fecha.

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