jueves, 4 de noviembre de 2010

«Golpe de suerte».

Me persiguen los comentarios negativos sobre la forma en que no pocos comunicadores expresamos nuestras ideas y los acontecimientos que nos tocan vivir a diario. Vienen de un selecto grupo al que he denominado «los moderados». Como justificació les digo que no somos los culpables de que Cuba haya ido perdiendo durante los últimos cincuenta años el matiz.
También, debo ratificar que, en un país como el nuestro, todo el malestar que afecta al pueblo lo ocasiona el Estado, que es el que todo lo tiene y descontrola. El pasado lunes, por ejemplo, fui a reservar un boleto de ómnibus para ir a visitar a mi hijo. Esa aparentemente sencilla gestión también se torna para nosotros en una pesadumbre.
Les cuento. Me levanté ese día a las cinco de la mañana y salí de casa a las 5 y 30. Llegué a la agencia de reservación, ubicada en la Calzada de 10 de Octubre, a unos 10 Km de distancia, 45 minutos después. Ya a esa hora –algunos afirmaron que durmieron en el lugar- más de treinta personas esperaban la apertura de la oficina que debió hacerse a las 8 y 30 de la mañana. Pasada esa hora una empleada salió a repartir unos tickets según el orden de las colas (filas).
En ese momento empezó el jaleo en la que me encontraba (se hace otra para reservar boletos de tren) provocado por algunos despistados y por personas que se dedican a vender los de marras. A las nueve de la mañana me entregaron el ticket -lo juro- con el número 33, para reservar a partir de las 11:00 horas porque no clasifiqué en el primer grupo.
Me fui al Vedado a atender otro asunto y regresé faltando quince minutos para las once. Finalmente nos permitieron entrar a las 11:35 horas. Cerca del mediodía me tomaron el pedido pero, como no tengo teléfono en mi domicilio, tuve que esperar a que confirmaran mi espacio en la agencia central, ubicada en la Terminal de Ómnibus Provincial. A partir de ese momento es cuando uno se percata de que la intención de viajar fue una mala idea.
Por fin, pasadas las dos de la tarde, tenía un boleto con destino Aguda de Pasajeros en el bus de Cienfuegos (provincia Cienfuegos). Conste que por acá, a pesar de los pesares, muchos opinarán que para mí el de hoy fue un día dichoso.

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