lunes, 19 de octubre de 2009

«MIR.Una alternativa contra el racismo». Por Juan Mario Rodríguez.

El Movimiento de Integración Racial (MIR) Juan Gualberto Gómez se constituyó para colmar los anhelos de muchas personas identificadas con las ideas a favor de los derechos civiles. José Idelfonso Vélez, nieto de esclavos, su Presidente, es una de esas personas que ha sufrido privaciones en Cuba a causa del racismo.
El periférico municipio Arroyo Naranjo, en Ciudad de La Habana, es el entorno ideal para el desarrollo de semejante iniciativa. Aquí, el 19 de agosto de 1998, en la calle D No. 315 e/ 5ta. y Goicuría, reparto Alturas del Sevillano, en el domicilio de la familia Vélez, se fundó el MIR.

Esperanza y José Idelfonso Vélez frente a su casa.

Entre los objetivos del MIR está el de «agrupar a todos aquellos amantes de la justicia social y que estén desprovistos de prejuicios raciales y tengan la disposición de sensibilizar y predicar con nuestro ejemplo…» según consta en documento al que tuvo acceso este comunicador.
Desde su constitución el MIR ha sido monitorizado por el gobierno cubano, que durante años ha presumido de la incondicionalidad de los afrodescendientes quienes, supuestamente, fueron liberados definitivamente en enero de 1959. Según Vélez, al Departamento de Seguridad del Estado le interesa conocer, por ejemplo, la cantidad de miembros que tiene el movimiento, localizados en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Ciudad Habana, Villa Clara, Granma y Santiago de Cuba.
El MIR, como equivocadamente han planteado algunos intelectuales oficialistas estudiosos del tema racial, no sigue un guión inspirado en Miami, expresó enfáticamente Vélez. El hecho de que su discurso -alejado de la confrontación política- haya tenido el reconocimiento de opositores e integrantes de la sociedad civil en general, así como de voces en el exterior, lo corrobora.
El día 15 de noviembre del 2000, en carta enviada a Carmen Arbesun Rodríguez, Jefa del Departamento de Asociaciones del Ministerio de Justicia, José Idelfonso Vélez expuso que «un grupo de ciudadanos cubanos, de conformidad con lo establecido en el articulo 2, incisos ch) y d) de la referida Ley de Asociaciones, nos proponemos registrar legalmente una asociación independiente, denominada Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez consagrada a la difusión entre la sociedad cubana de los principios de integración racial, […] de la no discriminación …». Hasta la fecha, declaró Vélez, no han recibido una contestación.
A nombre del MIR, Vélez envió una carta con fecha 7 de agosto del 2008 a sus majestades Juan Carlos y Sofía, Reyes de España, en la que planteó las consecuencias de siglos de esclavitud y discriminación racial que sufren los afrodescendientes. «Exigimos que tanto en Cuba como en Iberoamérica los afrodescendientes deban recibir el apoyo moral y material por los daños y prejuicios que le causaron la esclavitud a que fueron sometidos por la corona española», dice la carta.
La respuesta del Palacio de La Zarzuela llegó el 24 de septiembre de 2008: «En relación con este asunto, me es grato comunicarle que la citada carta ha sido trasladada al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación para su debida consideración», firmó el Secretario General Ricardo Díez-Hochleitner Rodríguez.
El MIR creó los Centros Cívicos para el Entendimiento y la Integración Racial, coordinados nacionalmente por Esperanza Almeira Cordero, con el objetivo de «dar al ciudadano no blanco una perspectiva de igualdad racial».
El trabajo del MIR ha cosechado frutos en Cuba, según argumentó Vélez. Las numerosas dificultades que deben sortear para su realización, ciertamente, impiden otros logros.

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